A través de estos maravillosos dibujos pretende que nos enfrentemos al miedo, al propio y al ajeno. Miedo a saber quienes somos nosotros mismos, a superarlo y enfrentarnos con él. Vale la pena sucumbir, caer o incluso ser devorado por un lobo, siempre que confiemos en que nos pueden rescatar y que nos ayude a salir de la oscuridad. No es necesaria palabra alguna, sólo con cuatro colores, y un par de trazos con el pincel mágico de Adolfo es suficiente. La sencillez nos envuelve, con emotiva carga y sentimiento. Cuántas cosas se pueden percibir con una simple imagen. Valor, superación, valentía y confianza.
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