viernes, 27 de febrero de 2015

Juguetes, una ilusión cambiante.

Juego de las canicas.




Las muñecas, Barbies, Nancys, coches teledirigidos y todo tipo de juguetes que conocemos y que tanto hemos disfrutado en nuestra infancia, actualmente los vemos “pasados de moda”, aburridos. Imaginémonos como los ven nuestros abuelos, para ellos todo esto forma parte de un mundo totalmente distinto al suyo. Hoy en día necesitamos de objetos y sobretodo tecnología para entretenernos y pasar el rato, mientras que ellos eran felices con una pelota y un descampado para chutarla.

Tenían muñecas, bicis, ¡Claro que los tenían!, pero no tenían ni la mitad de trastos, como dicen nuestras madres, que tenemos ahora nosotros.

El acceso a los juguetes, tal y como lo conocemos, a nuestros antecesores no les era tan fácil, ya que estaban en una época muy difícil por la llegada de la guerra civil española, porque el desarrollo, lógicamente, era mucho menor y como muchos de ellos dicen, “tener un juguete, era tener un tesoro”.

“Nosotros nos pasábamos el día en la calle, siempre y cuando no tuviéramos que trabajar o en otros casos ir a la escuela”. Gracias a esto la socialización años atrás era mucho mayor a la que hay hoy en día, debido al avance de las nuevas tecnologías, porque como sabemos, las redes sociales la impiden en muchos casos.



Entrevista:

¿Qué hacíais en vuestros tiempos libres? “Jugábamos en la calle, a la luneta, a la comba, a las chivas (canicas de barro) y a las tabas, nos encantaban, nos juntábamos también con los muchachos del pueblo y jugábamos todos, a eso, y tres navíos en el mar y tres en busca van”

La taba es un hueso del torso, extraída normalmente de animales como el cordero, que se utilizaba para la práctica de diferentes juegos. El juego más simple consiste en lanzar la taba, ganando una o cuatro unidades apostadas si quedan las partes salientes del hueso hacia arriba, o perdiendo otras tantas si quedan las partes hundidas en la cara superior.

https://www.youtube.com/watch?v=LiFesQtg1Nwç

El juego de los tres navíos, nosotras lo conocemos como el típico, “escondite” o “polis y cacos”

¿Teníais juguetes? ¿Cuáles? “No teníamos juguetes, y mucho menos comprados; al vivir en el pueblo jugábamos en la calle, y como mucho teníamos muñecas de trapo hechas por nosotras o por nuestras madres, pelotas de piel y los zagales, jugaban con un aro el cual guiaban con un alambre”
¿Podíais acceder fácilmente a ellos? “¡Uy! Nosotros no bajábamos a la ciudad mas que para comprar ropa alguna vez, nos valíamos con lo que teníamos en el pueblo, en los huertos y en la tienda; no comprábamos juguetes porque eran caros y nos bastaba con las muñecas y pelotas que teníamos, no éramos tan caprichosos como vosotros ahora hija mía”

En navidad, en Noche Buena y en Reyes, recibimos regalos ¿Como celebrabais las navidades vosotros? “Cenábamos, no como ahora claro. Los reyes me traían una naranja de California, que eran las más grandes y gordas, y las que tenían más hijos, también nos dejaban caramelos, y a las familias que tenían más “perras” les dejaban chocolate”

¿Conserváis alguno de esos juguetes guardados en sus hogares? “No no, no tengo ninguno, solo conservo algunos con los que jugaba tu madre”



Podemos observar, que realmente los tiempos han cambiado mucho, cuando hicimos la entrevista a nuestros abuelos, nos dimos cuenta que eran felices con muy poco, mientras que nosotros cuanto más tenemos, más queremos.

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