lunes, 2 de marzo de 2015

Una pequeña ciudad, con un gran sentimiento

Podrá parecer que hablar de la vaquilla en Teruel no responda al concepto de belleza, pero centrándonos, no en lo físico de esta fiesta, sino en lo sentimental encontramos un gran número de turolenses los cuales sienten el verdadero espíritu vaquillero. Las personas que a las que no les gusta esta fiesta y no la han vivido desde su infancia lo ven como una celebración sucia e incluso salvaje. La fiesta de la vaquilla despierta sensaciones y sentimientos realmente bellos, como por ejemplo el reencuentro de los amigos, las anécdotas de cada momento vivido en estas fechas tan deseadas por cualquier turolense. Resaltamos sobre todo, uno de los momentos más importantes de esta fiesta local, “la puesta del Pañuelico” en nuestro preciado Torico; es un momento de felicidad en el que puede que mucha gente no vea la belleza, pero que nosotros lo esperamos con ansia y lo vivimos intensamente compartiéndolo con todos nuestros amigos. Es cierto, que La Vaquilla, ha ido decayendo y se ha convertido en una fiesta ya no solo para los ciudadanos de Teruel, sino para toda la gente que viene de fuera y se dedica exclusivamente a beber, sin importarle lo más mínimo la imagen y belleza de nuestra ciudad y con ella, por supuesto, las Fiestas del Ángel.
ARAGÓN TV: por 
Con esto, queremos decir, que la belleza no solo está en lo físico, en los paisajes bonitos, y los atardeceres, sino que la podemos encontrar, aun más intensa, en los sentimientos y sensaciones que experimentamos al vivir una celebración como nuestra preciada Fiesta del Ángel.




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