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Terraza. |
La literatura es un arte maravilloso, es el arte de hablar, de escribir, es un arte que te transporta donde tu quieras y como quieras si escribes, o puede ser un arte que te lleva donde quiera si lees. La literatura la podemos encontrar en cada poro de nuestra piel, pues creamos letras que forman sílabas, sílabas que forman palabras, palabras que forman frases, frases que forman textos, textos que forman libros; creamos letras de canciones acompañadas con instrumentos y recopilamos la historia de nuestro entorno para crear leyendas fantásticas de ese lugar. Si escribimos podemos ser hasta dioses, pues creamos una realidad alternativa, imaginando personajes, paisajes, monstruos...
La literatura es bella se encuentre donde se encuentre. La podemos ver en un trozo de pared, en una habitación que escupe frases a tinta por el techo o en una fachada de alguna que otra casa. Se puede ver en nuestra piel, ya sea en un periodo de tiempo o para siempre. Ahora se puede ver la literatura también en pantallas (móviles, libros electrónicos, ordenadores...). No obstante, los bibliófilos suelen preferir algo tan antiguo como las palabras plasmadas en un papel. En verdad, tampoco sabemos exactamente el porqué, tal vez por la manera en la que el texto está estructurado en el papel, el hecho de que prestamos más atención, o puede que por la opción de doblar una página con los dedos, el sonido de pasar página, la posibilidad de subrayar o la sensación que da a nuestro cuerpo leer en papel y tinta. El caso es que si a un bibliófilo le das elegir entre un ebook o todos los libros en papel que quiera, elegirá la segunda opción.
El esplendor de la literatura se observa cuando empiezas a pensar qué poder escribir. Cuando escribes, mil cosas pasan por tu cabeza; sin embargo sabes elegir las apropiadas para que tus escritos cobren sentido y desencadenen sentimientos diversos a los demás. Cuando pones una frase, en tan solo unas 27 palabras puedes originar llanto, risa o estremecimientos. Cuando escribes un texto puedes hacer que gente se identifique contigo. Cuando te dedicas a escribir un libro, si lo leen, las personas se evaden, se sienten en otro mundo que jamás imaginarían.
A un escritor lo definiría como un Dios. Crea una realidad alternativa, con personajes y paisajes que salen de su imaginación. Puede que nosotros tan solo seamos un libro más de una infinidad escritos por esas divinidades capaz de dibujar el carácter psicológico y físico de la persona.
A veces no deseas la compañía de un ser vivo, sino que deseas encerrarte en casa o irte al campo con un buen libro y estar horas y horas leyendo hasta que dejas de distinguir la realidad de la ficción, dejas de pensar en lo mal que te ha ido el día y empiezas a crear un mundo que en el momento que lo estas leyendo es tuyo, te pertenece. La gracia de los libros es espectacular y podríamos escribir hojas y hojas. Sin embargo, nos vamos a centrar en las leyendas.
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Tanit. A. Martínez. |
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