viernes, 14 de noviembre de 2014

DELITO E INQUISICIÓN (III)

Inquisición, Goya
Jorge del Olivo nos fue explicando que, en la actualidad, el Estado era quien establecía las leyes, quien sentenciaba al acusado con un castigo acompasado de su delito y quien decía lo que era justo o injusto ayudado por ciertos grupos de personas y escritos dotados de esa capacidad; no obstante, somos nosotros mismos, los ciudadanos, quienes las implantamos, pues si la mayoría de las personas no estamos de acuerdo en lo que dice el Estado que es una injusticia, llega un punto en el cual nos levantamos y protestamos o si, por el contrario, pensamos que un acto debería ser penado y no está incluido, al final lo lograríamos instalar por presión de grupo. 
Respecto a los delitos se pueden clasificar en una serie de puntos. Por un lado estarían los delitos contra la vida como un asesinato o maltratos; delitos contra el honor como la calumnia o la difamación; delitos contra la libertad como la amenaza o la esclavitud; delitos contra la tolerancia a las diferencias como la discriminación o la xenofobia; delitos contra la intimidad como el espionaje o el allanamiento de morada; delitos contra lo material, contra la propiedad como la provocación de un incendio o un robo; delitos ecológicos como la caza, pesca y contrabando de especies en protegidas y muchos delitos más que se pueden agrupar en una serie de grupos.
Después de esta introducción se centró en su campo, la Inquisición en Aragón. Como rasgos generales nos dijo que esta se trataba de un tribunal eclesiástico que investigaba y castigaba los delitos “contra la fe católica”, especialmente la herejía; lo he puesto entre comillas debido a que no siempre era así ya que muchas veces no se cometía ese agravio, sin embargo eran igualmente condenados. Esta institución aparece en el S. XIII en Francia y en 1479 es implantada en España por la petición de los Reyes Católicos al Papa debido a que querían unificar religiosamente el territorio, lo que provocó la expulsión total de los moriscos de la zona. También nos comentó que estaban muy vigilados los convexos. No obstante hay más fundaciones parecidas a la Inquisición esparcidas por toda Europa.
El proceso de la inquisición era secreto y se buscaba hacer confesar al sospechoso, confundirlo (él no sabía el motivo por el que estaba allí ni tampoco quien le había culpado), ya que al confesar, el acusado se juzga y se condena a sí mismo. Al “conseguir que confiese su crimen” le imponen un castigo que puede ser desde ponerse el capirote y la túnica queriendo decir que era un mal cristiano, hasta la pena de muerte.
Ahora es cuando vamos a su campo definitivamente, pues la Inquisición quería dominar también la Corona de Aragón, la cual estaba atada a otros fueros y leyes que las de Castilla. Tuvieron grandes enfrentamientos y, finalmente el Justicia se quedó sin cabeza por orden del rey Felipe II, dejando a la Corona de Aragón sin mediador y moderador entre el Rey y la Nobleza de esa época. Este hecho provocó que los habitantes de Aragón ya no se podían refugiar en las cárceles de Aragón las cuales prometían protección asegurándoles que no habría torturas mientras estuvieran en esas cuatro paredes.
Para finalizar solo me queda resaltar que, al final de la clase, como cabía de esperar, hemos seguido pensando que la Inquisición era, irónicamente, peor que el diablo. La inquisición no era la justicia del pueblo de los católicos, se le caía la baba por las cosas materiales que iban dejando los muertos a los que condenaban, o las monedas de los que multaban e incluso disfrutaban de la sangre que le brotaba a los condenados en las torturas, eso sí, a la vista de todos no los tocaban, pues quienes se encargaban de matarlos eran los verdugos (había que dar buena imagen). Los castigos más débiles eran simples espectáculos para que la gente se divirtiera riéndose de ellos mientras estos asumían las consecuencias de un delito que, a lo mejor, ni lo habían cometido. Pero claro, no se puede echar toda la culpa a la Inquisición pues nosotros, una vez más, consumimos en los prejuicios que solemos tener la humanidad; si nos caía alguien mal, lo condenábamos y era tan fácil como ir a la institución y decir alguna mentira para que fueran a por él; que si queríamos sus tierras, no había problema, se le denunciaba por cualquier cosa, y así, hasta acabar con gran número de la población. Tamara Pérez

Capricho nº 24 de Goya, 1799

Una vez establecido quién pone las normas y quién las redacta se nos mostró cómo en la Edad Media la Inquisición fue el organismo  encargado de aplicar y decidir cual sería el castigo para cada mal cometido. Y que las normas obedecían a un carácter religioso.
La inquisición fue un instrumento de control ciudadano para evitar los crímenes tanto religiosos como los no religiosos.
Aunque sus métodos son conocidos por su falta de veracidad. En aquella época en vez de existir la presunción de inocencia lo que se estipulaba era la culpabilidad del acusado el cual había sido denunciado secretamente, y sin decirle de qué se le acusaba, este era torturado para que diera una confesión. Este era un sistema poco fiable ya que el acusado confesaba cualquier cosa para evitar sufrir más torturas.
Ese era su sistema para demostrar la culpabilidad del detenido pero el castigo lo decidían dependiendo tanto de la situación personal del acusado (rico o pobre) o del crimen cometido.
Con esto el tribunal decidía si se debía pagar una multa o ser condenado a muerte. La inquisición española tuvo una gran perdurabilidad durante muchos siglos y aplicó una gran dureza persiguiendo a los herejes y a cualquiera que fuera acusado. Ya que cuantos más acusados hubiera más fondos podía sacar mediante las multas que les imponían.
En mi opinión esta charla me parece muy interesante ya que hemos podido observar cómo era la metodología de trabajo de la inquisición y que aunque la inquisición era acusada y, con razón, por su extrema dureza, fijándonos en su contexto histórico y social esa dureza era en aquella época lo más corriente.
 Aparte esta exposición nos enseña el duro trabajo necesario para realizar una investigación fiable y bien trabajada sobre un tema.
 Samuel Ortiz

En esta charla, Jorge del Olivo nos explicó básicamente lo que era la inquisición, cosa que me ayudó a aclararme algunas ideas para otra asignatura llamada Historia de España. Nos situó en el contexto histórico, nos dio ejemplos de situaciones que se daban en la vida cotidiana, también nos ayudó con el significado de un par de cuadros (uno se puede observar en la foto). Sin embargo lo que más me llamo la atención fue lo segundo, ya que relató tres tipos de torturas a las que sometían a ciertos habitantes para que confesaran un delito, centrado siempre en el ámbito de la contrariedad a la fe católica, y lo más seguro es que no lo hubieran cometido, pero así podrían excluirlo de la sociedad condenándole. Estas tres torturas se realizaban una tras otra para que si en la primera no confesaba lo hiciera en el segundo y si no, en el tercero. Si aguantaba a todas las torturas, que resultaba ser muy improbable, lo dejaban libre, pero si no, se le condenaba como he mencionado anteriormente. Hay que decir que tal delito del que se le acusaba a una persona, era secreto, es decir, de repente lo capturaban y desaparecía de entre la población sin saber ni familiares ni nadie qué podría haber pasado, y, además, cuando era capturado, él no sabía ni quién le había juzgado ni por qué. Por lo que si el individuo confesaba un delito que ha cometido y no se le juzgaba por ese, se le condenaba teniendo en cuenta los dos. Esta condena solía ser la muerte, pero también podían pasar a ser sometidos a la esclavitud. Para esta gente estas situaciones eran habituales y no mostraban ninguna compasión, es más les resultaba divertido ya que se reían de ellos al ridiculizarles, en ocasiones, poniéndoles un capirote ante de la multitud.
Irene Torán (18-XI)
La charla de Jorge del Olivo me pareció muy interesante ya que nos dio información que no sabíamos y nos sirve de gran ayuda este curso, me pareció muy atrayente el hecho de que estuviera elaborando una tesis tan larga y costosa.
Natalia Lafuente (19-XI)

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