martes, 9 de diciembre de 2014

EN EL NÚCLEO DE LA INVESTIGACIÓN TUROLENSE: IET (II)

La bibliotecaria Visi García
El pasado viernes hicimos una visita al Instituto de Estudios Turolense, la cual, sinceramente, me agradó y sorprendió mucho. Nos hablaron sobre las diferentes funciones y oficios que se desempeñan allí y nos mostraron también el diverso material con el que trabajaban. Todos ellos me parecieron de un gran interés, ya que por ejemplo, no era consciente de que existiera alguien que se dedicará a corregir ortográficamente los libros antes de ser publicados. Sin embargo, la actividad que más me sorprendió y gustó fue el retoque y conservación de fotografías antiguas.
La fotografía siempre me ha apasionado, tanto hacerlas como observarlas en exposiciones o libros, por lo que me encantó poder ver diferentes instantáneas antiguas y cámaras de diferentes épocas que había sobre las mesas o la manera en la que las retocaban y trataban para después publicarlas en libros.
Sinceramente, me gustaría volver a esta institución para poder observar con más detalle la gran cantidad de libros que tenían sobre todos los ámbitos en las estanterías y poder disfrutarlos más detenidamente. Sara Jáñez
Algunas personas no saben que en un pequeño lugar de Teruel hay una biblioteca donde se encuentran diversas materias y curiosidades (vestimenta de nuestros antepasados medievales, como vivían esos personajes, diversas enfermedades que puede tener una persona en su mente, lugares exóticos de Aragón…) Además, entre esos libros hay un grupito de personas que se encargan de que toda esa gama de lomos, fotos y películas se conserven.Lo que más suele impresionar de toda la biblioteca son las fotografías realizadas antiguamente por respetables personajes, que están en placas de cristal, pues ahora ya no se usa esos artilugios para hacer fotos, sino que lo último es lo digital. También intriga como se hacían antes las películas e incluso a mucha gente les gustaría verlas y más que verlas, estar ahí, en ese tiempo lejano para poder ver como las rodaban. Sin embargo, nadie repara en los libros, en lo bien que están escritos, que no suele a ver ningún fallo que obstaculice la lectura; esto no lo hace el escritor, o que yo sepa no lo suele hacer, pues se encarga un corrector de libros cuya profesión es muy sufrida, muy costosa, muy mal valorada y, seguramente a veces acabas agotada, aburrida, horrorizada. Esta profesión es la del corrector de libros. Es típico leer un libro y no pararse a pensar si está bien escrito o está mal, sin embargo, hay alguien detrás de toda esa elaboración. En esa biblioteca justamente cuentan con una editora y ahora ya no se suele contar con esas ayudas por el simple hecho de que los escritores contratan a esos editores por su cuenta. Tamara Pérez
El viernes acudimos al Instituto de Estudios Turolenses, donde nos explicaron las diferentes tareas que desempeñaban: corrección de estilo, biblioteca y conservación de todo tipo de archivos de carácter turolense; una de las bibliotecas también recogía monografías de Huesca y Zaragoza, mientras que la segunda biblioteca trataba exclusivamente temas acerca de Teruel. Lo que realmente me gustó fue la colección inmensa de fotografías de Teruel y provincia. La belleza de las fotos era indiscutible, pero lo más interesante para mí fue poder ver a través de una cámara estereoscópica antigua, además de los negativos en cristal. Nos permiten observar la evolución de la fotografía, algo que no apreciamos ya que las fotografías forman parte de nuestra vida cotidiana, pero, el simple acto de que la realidad quede plasmada en papel, es algo que todavía me sigue sorprendiendo y nunca dejará de hacerlo. Julia García

Este pasado viernes fuimos a visitar el Instituto de estudios turolenses, una institución de la cual desconocía su existencia. Ni me había enterado del lugar donde se encuentra ni de lo que podía ofrecer a los ciudadanos turolenses. Resulta que comprende una gran cantidad de archivos relacionados con la historia, geografía y cultura de la ciudad de Teruel. Es algo así como una biblioteca especializada en nuestra ciudad y en los alrededores de la provincia, que comprende una gran cantidad de archivos de interés, desde el arte mudéjar y sus características aplicadas a los monumentos turolenses hasta fotografías históricas de los pueblos o de la propia ciudad en sus comienzos. Existen varios cargos administrativos que se ocupan de la organización de los distintos archivos (restauración de imágenes, almacenamiento de documentos escritos, la corrección de los mismos, etc.) En realidad cuando leemos una obra o vemos imágenes históricas no pensamos en todo el trabajo que hay detrás de todas ellas (que por cierto es muchísimo), sólo nos limitamos a contemplar el resultado sin importar cómo se ha obtenido. Pero la satisfacción que produce a las personas que desempeñan estos oficios el ver un trabajo bien hecho es suficiente para ellos, sin importar el reconocimiento de la sociedad.
El Instituto de Estudios turolenses es un lugar, desde mi punto de vista, muy discreto y desapercibido a pesar de encontrarse en pleno centro de Teruel. Considero que los ciudadanos en realidad no saben lo que tienen (me incluyo), y están completamente desinformados a cerca de los recursos que pueden explotar. Personalmente estoy muy contento de haber hecho esta excursión, ya que estoy seguro de que voy a volver no tardando mucho, pues me pareció interesante y ya he encontrado unos cuantos libros que me gustaría ojear. Alejandro Abad
A decir verdad no sabía que existía este instituto y ahora lo veo necesario, allí llevan labores de gran interés, algunas que normalmente no son visibles, aparentemente. 
Todos los libros que guardan allí han servido, sirven y seguirán sirviendo para investigación de muchos aspectos de la actualidad, gracias a los libros que explicaban la vida medieval, ahora una de nuestras fiestas puede realizarse adecuadamente. Información de muchos pueblos de Teruel está allí guardada y creo que es un trabajo importante guardar nuestra información.
Todo el trabajo de corrección lleva largas horas de dedicación y después ni te paras a pensar que entre el escritor y que haya llegado a tus manos ha trabajado una persona corrigiendo signos de puntuación, expresiones y otras cosas. Debe de ser un trabajo muy meticuloso, creo que yo sería incapaz así que me parece muy difícil.
Por último la cantidad de fotografías que guardan, de diferentes épocas y tipos, cada una tiene su forma de cuidado. Algunas fotos son realmente bonitas y te muestran la vida de la época pero había otras que no les hacía falta enseñar vida para que su belleza fuera semejante, objetos de los que no piensas que puedas sacar interés, cogen un plano un poco distinto y no parece lo mismo. 
Me parece que toda la información y labor que se realiza es muy importante. Elisa Martín

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