El pasado viernes tuvimos el honor de recibir a dos escaladores turolenses, Javier Magallón y Luis Torrijo, quienes nos dieron a conocer el tipo de escalada que ellos realizaban, que desde mi punto de vista es muy peligrosa, ya que por cada paso que dan se juegan la vida. Pero realmente la satisfacción de superación que les aporta tras llegar a la cima es para ellos una fuente de motivación.
Como en cualquier deporte u otra modalidad, para llegar a lo más alto hay que luchar día a día. La intención que tenían estos dos escaladores era mostrarnos, mediante imágenes preciosas, todas las puntas a las que han podido llegar. También nos enseñaron la belleza que posee la naturaleza, la belleza natural y la forma que tienen ellos de verla.
En mi opinión la escalada me resulta una actividad muy bonita ya que puedes acceder a zonas que todavía no han sido alcanzadas por nadie, y puedes observar las zonas más bellas de la naturaleza.
Por último doy las gracias a Javier y Luis por reservar un trocito de su tiempo y dedicárnoslo a nosotros para enseñarnos lo que es su verdadero hobby
Natalia Lafuente
Superación, trabajo, esfuerzo, dedicación y un sinfín más de sustantivos similares como medio para alcanzar el cielo. Esto es lo que nos trasmitieron los protagonistas de la pasada charla, Javier Magallón y Luis Torrijo, amantes, sin duda, de lo inaccesible, de lo peligroso, de la escalada. Ambos nos mostraron su gran pasión por conseguir aquello que a la mayoría nos parece imposible, su gran dedicación a ese deporte que tanto les ha unido y ese fanatismo por enfrentase a la naturaleza turolense con poco más que su propio cuerpo.
Más allá de lo estrictamente deportivo, alcanzar una cima supone siempre un riesgo, las caídas son una posibilidad. El triunfo nunca está asegurado. Por ello mismo, creo que el contenido de esta charla se puede extrapolar a la vida real. Javier y Luis asumen esa posibilidad de fallar, pero no dejan de luchar por alcanzar su objetivo, su cima, por defender eso que tanto les define y que ya forma parte de sus vidas, por su pasión deportiva. Un completo desafío a la vida que les llena y completa: las cien puntas inaccesibles de Teruel.
Sara Jáñez
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