Por el auge turístico que ha experimentado Albarracín se ha dado a conocer como uno de los pueblos más bellos de España, de ahí que cuiden mucho el aspecto de su localidad. Una de las características por las que se conoce Albarracín es por sus fachadas de yeso rojo, tan propias de la zona. Para preservar dicha imagen y aspecto durante estos últimos años se han llevado a cabo políticas que no alteren la imagen del pueblo; logrando así una vista digna de una postal. Aunque se comenzó a utilizar en la época medieval, en la actualidad se sigue fabricando con el mismo método artesanal cuyo único fabricante es el albarracinense Antonio Meda. A pesar de que al yeso rojo se le atribuía un uso practico en la época medieval por su resistencia a las inclemencias del tiempo, sin tener en cuenta su valor estético a diferencia del uso actual, se ha convertido en un símbolo de belleza de la localidad.
Tanto se ha dado a conocer dicho material y tal es su valoración estética que hace un tiempo comenzó a extenderse su uso fuera de su zona de origen, no solo por su utilidad sino por su particular belleza.
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