Es impresionante y me causa una gran admiración la
labor que han realizado determinadas figuras femeninas en nuestro entorno y,
refiriéndonos sobre todo a nuestra ciudad, puesto que han contribuido,
invirtiendo su capital, a la construcción de infraestructuras vinculadas a la
caridad, hacia la gente más necesitada y desfavorecida. El viernes recibimos
una charla de una profesora de este centro, Carmen García Royo, que nos ha llevado hacia un viaje a la época
modernista, pues ha conseguido reflejar perfectamente lo que era durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX, una mujer perteneciente a la clase pudiente,
a la burguesía y ha tenido el valor de venir representando a la benefactora Dolores Romero, imitando el vestuario
al pie de la letra y cualquier detalle que llevaba encima para adentrarnos
hacia aquella época y sobre todo llevarnos a un acercamiento a lo que pasaba
hace varios siglos en la época modernista. Nos adentramos en un periodo
de crisis donde había una notable diferencia en la sociedad ya que se
diferenciaban los ricos de los pobres, como consecuencia las clases pudientes
se iban adueñando del poder mientras que predominaba una gran cantidad de
población que vivía absolutamente en la miseria adentradas en un
analfabetismo y sin ningún tipo de ayuda, estaban adentrados en la
penuria, por ello apareció la beneficencia, es decir, método para socorrer
a los más necesitados llevando a cabo donaciones y creando instituciones, y
todo ello lo protagonizaron las clases más pudientes. Me llama especial atención
que esta labor en la mayoría de las ocasiones no estaba ligada a la solidaridad
de las personas sino que más bien se trataba de una labor en virtud
cristiana y de conseguir prestigio en vista de todos, más bien se trataba de
una obligación. Aquí fue cuando comenzaron a aparecer las mujeres
pudientes, con gran patrimonio y que ellas solas, muchas de ellas viudas,
fueron capaces de invertir una gran parte de su dinero en la construcción de
centros sanitarios, educativos… y todo ello para sacar adelante a la población
más desfavorecida fruto de una labor de solidaridad. En nuestra ciudad
destacaron grandes terratenientes y miembros de la burguesía que ellas solas
levantaron grandes centros de enseñanza, comedores sociales…. Entre ellas Dolores
Romero que no solo realizó tareas en nuestro entorno, sino que también en
Madrid. Lamentablemente es una pena que muchas de estas figuras no hayan
recibido el reconocimiento apropiado y hoy en día estén medio olvidadas por la
mayoría y tan solo unos pocos las homenajeen como es debido.
Sin embargo nos podemos plantear algunas cuestiones:
¿Cómo eran capaces de cubrir estos gastos ellas solas? ¿Se trataba simplemente
de una labor de caridad o había algo más detrás? ¿Recibían algún tipo de
reconocimiento? ¿Cómo se les ocurrió sacar adelante estas fabulosas ideas
y que fueran aceptadas? En ocasiones pasamos desapercibidos ante cualquier
infraestructura de nuestro entorno y no nos damos cuenta que detrás de cada
pared, de cara rincón, de cada fachada, hay una magnífica labor y empeño, el
significado simbólico que hay, las intenciones con las que se ha realizado, la
cantidad de personas que han sobrevivido gracias a estos lugares pero no somos
capaces de apreciarlo quizás porque no ponemos el interés que se debería o
simplemente desconocemos todo lo que hay o pudo haber porque como ya sabemos
muchas de las edificaciones desaparecieron y hoy en día no las podemos
apreciar, otras están en desuso y en pésimas condiciones y no captan nuestra
atención. Es importante que conozcamos que en nuestra ciudad han existido
figuras relevantes que lo han dado todo por nosotros
Gracias a este acercamiento he conseguido conocer más tema
y plantearme numerosas cuestiones e incógnitas.
La charla de este viernes pasado fue especialmente
peculiar en contraste con las anteriores, ya que nos la dio ni más ni menos que
Doña María Dolores Romero. Una importante figura femenina turolense que introdujo
una gran serie de cambios en la época de esplendor del modernismo, tanto en la
ciudad de Teruel como en Madrid. Obviamente no se trataba de ella en realidad,
consistía en la representación de su persona por parte de Carmen García.
La charla, en general, fue orientada hacia el papel de
las mujeres en la historia de Teruel, las repercusiones importantes que
tuvieron (que no fueron pocas) y el papel que jugaron algunas de ellas para el
desarrollo de la ciudad y su provincia.
En realidad, a veces no nos paramos mucho a pensar en
todos los monumentos históricos que albergan nuestras ciudades, nos parece que
todo el patrimonio que poseen es como si hubiera estado ahí siempre, desde su
nacimiento, algo así como si ya vinieran “de serie” los edificios emblemáticos
que caracterizan cada lugar. Pero debemos de tener muy presente que en un
pasado ha habido grandes personas que han estado detrás de todos ellos,
dejándose sangre, sudor y lágrimas con la finalidad de mejorar la calidad de
vida del lugar donde vivían. Aunque conforme va pasando el tiempo, todo muere poco
a poco, los edificios, obras y proyectos que en momentos anteriores dieron vida
a la ciudad se van desvaneciendo cayendo en el desuso, siendo derruidos para
construir viviendas o simplemente abandonados, y con ellos el recuerdo de estas
personas que en un pasado hicieron tanto y ahora es como si nunca hubieran
existido.
Por otra parte la figura de la mujer en el pasado de
España carecía de importancia, si de algo nos acordamos hoy en día es de las
obras que han llevado a cabo principalmente los hombres, pero afortunadamente
aquellas grandes mujeres que intervinieron en lo que hoy podemos considerar que
es la ciudad de Teruel no se pueden borrar totalmente de la memoria de este
pequeño lugar.
Así, por ejemplo, la restauración de la iglesia de los
Franciscanos, el Sagrado Corazón o el colegio de San Nicolás han sido obra de
mujeres que se encontraban mentalmente muy adelantadas a su tiempo y que
mostraban un gran cariño hacia este rincón de España, cediendo su tiempo y
dinero para ayudar a sus habitantes, decisiones que han hecho historia y
todavía hoy en día muchos guardan en sus mentes.
Alejandro Abad
Sinceramente, creo que las mujeres realizaron una gran
labor durante esta época, ayudando a quien lo necesitaba. Sin embargo en cierto
modo no me parece una ayuda como tal, sino una forma de hacer que sus nombres y
apellidos fueran famosos, querían convertirse en gente importante de la época y
que fueran recordadas después; no me parece una actuación totalmente altruista
ya que lo hacían para salvar su fe cristiana, para salir en los periódicos como
buen cristiano donante a los más necesitados.
Sí es cierto que realizaron edificios que de otro modo
no se podrían haber financiado y ayudaron a muchas personas. Crearon escuelas,
hospitales...lo que veían que la ciudad necesitaba.

Supongo que lo primero que me impactó de la charla fue la vestimenta con la que llegó nuestra Dolores del siglo XXI; ya nos hizo ver su pasión sobre el tema, y prever los inmensos conocimientos con los que nos iba a bombardear, no solo sobre la labor de su personaje, sino sobre todas las mujeres que en el siglo XIX, a pesar del retraso de España y del machismo tan arraigado del que todos sabemos, realizaron una importante función en la sociedad, puede que no por las razones correctas, pero a veces eso puede ser lo de menos; lo importante es que ayudaron a gente pobre y necesitada (por qué lo hicieron es secundario desde mi punto de vista).
Sí, obviamente, eran personas adineradas e hipócritas, que solo se preocupaban de su imagen, de que su nombre saliera en el periódico y de "tener un lugar en el cielo". Pero esto no es algo que solo pasara entonces; también pasa ahora (políticos que prometen mil cosas a los pobres, famosos que se paran a hablar con indigentes y les dan cualquier cosa solo para que alguien les haga una foto y la suba a Internet; o se hacen un selfie ellos mismos). Nos guste o no, la sociedad está llena de hipocresía, pero de esta también pueden salir cosas buenas, como la comida del indigente, o un hospital de grandes dimensiones en la zona de Cuatro Caminos de Madrid.
Marta García
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