A estas alturas, y además en las fechas en las que nos encontramos ahora, como a las que nos enfrentaremos en poco tiempo, estamos viviendo momentos de tensión, agobio y mucho estrés. Estamos ante la recta final que decidirá nuestros estudios y realmente tampoco sabemos lo que nos espera de verdad. Siempre vienen bien charlas como estas, en las que te dicen que no es tan difícil, que hay que estudiar mucho... Pero en este caso, Clara Aguilar nos contó su experiencia personal con todo lujo de detalles. Lo que más me llamo la atención de todo lo que nos dijo es que a parte de ser una experiencia, de cultivar el futuro y de hacer lo que realmente quieres con el propósito de hacerlo el resto de tu vida (aunque no siempre es posible), también tiene aspectos contrarios, que existe la competitividad y el egoísmo, y que cada uno mira por si mismo. Esto fue algo que me hizo pensar. Así pues, la charla de Clara me pareció muy útil y fue muy amena ya que ella, desde mi punto de vista, lo hizo verdaderamente bien, ayudándonos y advirtiéndonos de todo lo que nos puede pasar cuando empecemos la universidad de una manera muy natural, haciendo por otra parte, sentirnos partícipes de su propia experiencia.
Marina Tortajada
La charla de este último viernes será recordada con nostalgia.
Un curso tan largo, lleno de baches, semáforos en ámbar y algún que otro profesorpolicía tocapelotas, pero sobre todo lleno de presión, ese sentimiento tan asqueroso que a veces (en los peores momentos) hasta se llega a notar físicamente, es como si una especie de palitroque imaginario hiciese fuerza sobre nuestra nuca impidiéndonos pensar en cualquier otra cosa que no sean integrales, Platón, la Segunda República y chuminadas varias.
Los viernes a penúltima hora, para mí, eran el tubo de escape, un momento en el que, sí bueno tenías que tomar apuntes y estar al tanto de lo que pasaba, pero era una desconexión tal, que hasta te olvidabas de que estabas en clase.
Aunque después de la escueta hora y pico de la que disponemos había que volver a la vida real y seguir con los supergratificantes deberes y exámenes que te llenan la vida de “alegría”.
En realidad supongo que si me ha gustado tanto esta asignatura ha sido porque en cierto modo soy un alumno de letras atrapado en el cuerpo de uno de ciencias, pero bueno, la vocación es la vocación y si algo se quiere hay que luchar por conseguirlo. La chica que vino a hablarnos el pasado viernes era un ejemplo de ello, a primera vista podía parecer la clara imagen de la inseguridad, pero una vez más (como casi siempre) me equivoqué, resultó ser una muchacha muy decidida en lo que buscaba, en lo quería llegar a ser, sin cerrarse demasiadas puertas para estar al tanto de la actualidad y poder escoger entre las elecciones que más le pudieran interesar. Se puede decir que de esta charla he aprendido que una cosa es inseguridad y otra es no desechar oportunidades.
Si es cierto que, en este segundo de bachillerato, se decide la mayor parte de lo que vamos a ser en un futuro, sin duda alguna es una etapa -entre tantas- que va a marcar nuestras vidas, y por ello decidirse por lo que uno quiere y por lo que uno está dispuesto a luchar es esencial.
Hay varias dudas que pueden asaltar como:¿Ay dios mío no sé qué hacer, si me gusta todo?; o bien: Pero si no me gusta nada, ¿qué voy a hacer?, son las típicas preguntas que, de tanto oírlas por ahí, te darían ganas de soltar un soplamocos al pesado/a que las repite hasta la saciedad, sin embargo, desde mi punto de vista, creo que la solución es bien fácil: haz lo que te haga feliz, cualquier cosa, no importa si se cobra más o menos, si se requieren más o menos horas de esfuerzo.
¿Eres un alumno de diez pero te gusta bailar ballet? Ale pues a bailarín y aquí no ha pasado nada, ni vas a ser menos ni más que nadie, a la larga lo agradecerás. En un futuro es muy probable que te encuentres en un “curre” que –vulgarmente dicho- “ni fu ni fa”, en el que lo único que quieres es que se pasen los días rápido para tener un domingo de fiesta (eso sí cobrando dos mil euracos al mes y teniendo un mes de vacaciones al año, menudo lujazo). Pero no pararías de preguntarte el qué podría haber pasado si hubieras apostado por ti mismo, si no te hubieras conformado con la solución más fácil, si hubieras luchado por tu sueño. En realidad aunque los bailarines cobren una miseria, o incluso tengan que trabajar y esforzarse más horas de las que se les paga, sería un trabajo que harías a gusto, y sí, vivirías más humildemente, pero vivirías feliz, y tarde o temprano te darás cuenta de que no es el puñetero dinero el que trae la felicidad, sino el encontrarse a gusto con uno mismo y con lo que uno hace.
Por ello debemos dejar a parte las cuestiones del dinero y de las salidas laborales, y centrarnos en aquello que de verdad, que realmente, estamos dispuestos a mover cielo y tierra para conseguirlo, aunque en el camino nos dejemos sudor, lágrimas y puede que algún riñón del esfuerzo, parece duro, pero sin duda –ya os lo puedo asegurar- será lo mejor que hagamos en la vida.
Alejandro Abad
Cuando nos referimos a futuro ¿qué expectativas tenemos? ¿es algo muy lejano? Se podría definir como ¨tiempo¨, tiempo suspendido, tiempo por planificar, tiempo liberado, nuevas expectativas, nuevas posibilidades de abrirse al mundo, algo que vemos muy lejano y que ni siquiera nos lo planteamos hasta el momento en el que nos toca tomar las decisiones apropiadas; El pasado y el futuro no llegan a coincidir nunca, pues el futuro es algo impredecible y volátil, justamente la incertidumbre del futuro nos permite pensar en que existan posibilidades diferentes a las actuales a pesar de las restricciones y los límites que se nos anteponen. Nos encontramos quizás, en uno de esos momentos en el que debemos forjar y modelar nuestro futuro, poner nuestro sentido común, cerrar nuestros ojos, suplantar la imaginación y dejarnos llevar, hacer lo que realmente nos gusta,lo que queremos ser el día de mañana. Es indudable que es un proceso muy complicado, pues por nuestra cabeza rondan día a día multitud de ideas, de sensaciones y a la vez de contradicciones que nos oscurecen el camino, nos llenan de limitaciones que intentan alargar el proceso, pero al fin y al cabo es algo irremediable.
Sí que es verdad que existen multitud de personas que son fijas en sus ideas, pues parten de un deseo y lo persiguen de forma prolongada, pero también es verdad que la incertidumbre es el sentimiento más abundante de estos momentos, el no saber qué hacer, en
qué puedes destacar como persona y a la vez como profesional,en qué puedes sentirte a gusto con uno mismo, y obtener los propósitos iniciados. El miedo también es uno de los sentimientos más abundantes, el miedo a fracasar, a no escoger la carrera universitaria apropiada, a no conseguir nuestras expectativas que nos llevarán a una frustración prolongada, pero todo está en reflexionar, en encontrarse a uno mismo, en no guiarnos por nada ni por nadie, al fin y al cabo es nuestro futuro, algo que nos negamos a mirar, algo que lo vemos como algo muy lejano pero a la vez próximo y que tenemos miedo de acercarnos a él, de adentrarnos y de no saber que nos deparará. Las cosas nos pueden cambiar de forma instantánea, es el azaroso tiempo el que nos tiene en sus manos, el futuro, nuestra proyección del presente
Y de repente tenemos que empezar a tomar ese tipo de decisiones que van a marcar nuestras vidas de una forma u otra. Decidir lo que quieres, o lo que crees que quieres hacer tras finalizar segundo de bachiller no es una tarea fácil. Sin embargo cuando por fin decides los estudios que vas a comenzar tras esta etapa y pasan esos cuatro o cinco años de carrera universitaria, vuelve del pasado para seguir perturbándonos ese y qué hago ahora.
Sin embargo, esta pregunta nos va a seguir acompañando el resto de nuestros días, llevándonos a través de unos caminos u otros y formando así nuestra vida. A veces, esta cuestión nos hará tomar decisiones, que con el tiempo, veremos que han sido equivocadas, o que no es lo que nosotros esperábamos, ya que normalmente tendemos a idealizar las cosas y después la verdadera realidad nos rompe todos los esquemas. Sin embargo, estas ‘’malas decisiones’’ no tienen porque concebirse de forma tan catastrófica, porque nos irán aportando nuevos puntos de vista, nuevos conocimientos o la posibilidad de conocernos mejor a nosotros mismos.
Sara Jáñez
El pasado viernes vino a nuestra clase una antigua alumna del centro a darnos una charla sobre las decisiones y el futuro, en concreto de su futuro, y nos hizo reflexionar sobre nuestro futuro y su versatilidad ya que en estos días esas decisiones que nos toca tomar sobre nuestro futuro académico o laboral marcarán nuestro porvenir en la vida. Pero no siempre nuestro futuro depende de las
decisiones ya que por muy bien planteado y pensado que tengamos nuestro futuro el azar constituye un factor importante y muy decisivo, por eso no debemos de cerrarnos y rechazar cualquier cambio o venirnos abajo ante el primer obstáculo que se nos interponga en nuestras ideas y proyectos de vida, sino que hemos de aceptarlos y seguir hacia adelante buscando la forma de alcanzarlos ya sea trabajando, renunciando a otros sueños, ya que cualquier obstáculo es sorteable y si de verdad queremos alcanzar las metas que nos hemos fijado sabremos cómo sortearlos o si no sabemos seremos capaces de averiguar cómo. Pero nunca debemos de ver estas decisiones tan importantes desde la distancia y con despreocupación ya que suponen un paso hacia adelante en nuestra vida y por suerte o por desgracia no podemos volver hacia atrás, así que todas aquellas decisiones que tomemos tienen que ser meditadas y pensadas teniendo en cuenta todos los factores que puedan intervenir ya que nunca va a ser todo como queremos pero sí que está en nuestra mano el hacer que se parezca a lo que deseamos.
decisiones ya que por muy bien planteado y pensado que tengamos nuestro futuro el azar constituye un factor importante y muy decisivo, por eso no debemos de cerrarnos y rechazar cualquier cambio o venirnos abajo ante el primer obstáculo que se nos interponga en nuestras ideas y proyectos de vida, sino que hemos de aceptarlos y seguir hacia adelante buscando la forma de alcanzarlos ya sea trabajando, renunciando a otros sueños, ya que cualquier obstáculo es sorteable y si de verdad queremos alcanzar las metas que nos hemos fijado sabremos cómo sortearlos o si no sabemos seremos capaces de averiguar cómo. Pero nunca debemos de ver estas decisiones tan importantes desde la distancia y con despreocupación ya que suponen un paso hacia adelante en nuestra vida y por suerte o por desgracia no podemos volver hacia atrás, así que todas aquellas decisiones que tomemos tienen que ser meditadas y pensadas teniendo en cuenta todos los factores que puedan intervenir ya que nunca va a ser todo como queremos pero sí que está en nuestra mano el hacer que se parezca a lo que deseamos.
Sergio Nuevo
Nuestra formación educativa es una constante elección, sobre todo en Segundo de Bachillerato. Este curso es clave para la elección del camino que tomará tu vida profesional en el futuro. La elección de los estudios superiores no es fácil y a lo largo del curso, aunque lo tengas decidido desde hace tiempo, surgen dudas sobre si la carrera que vas a cursar al año que viene es la acertada, si te acabarás dedicando a ello o si te dará la nota para entrar a ella.
Mucha gente, eligen sus estudios superiores acorde con las salidas profesionales. Pienso que la carrera universitaria son estudios que deben hacerse por vocación, porque realmente te gusta o, al menos, eso crees. Aunque elijas una carrera sin apenas salidas laborales, lucharás por tener el trabajo que siempre has deseado tener. Los mejores profesionales han triunfado en su trabajo porque realmente les gusta lo que están haciendo, tienen vocación, y con ella son capaces de innovar, crear cosas nuevas.
Personalmente, he elegido una carrera en función de mis gustos, porque al fin y cabo, es lo que te vas a dedicar, probablemente, el resto de tu vida.
Andrea Fidalgo
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